¡Gracias, Hermanas de Belén!
Las Hermanas de Belén, tras 35 años de presencia en Sijena, dejan hoy el monasterio. Ha sido un golpe para todos, sobre todo en las presentes circunstancias. Lo anunciaron en diciembre, alegando que su vocación de silencio, soledad y oración ya no era compatible con el carácter que estaba tomando Sijena, un monumento nacional mucho más visitado desde la llegada de los bienes.
Es por ello que el martes, 21 de julio de 2020, han partido hacia diversos monasterios (Jerez de la Frontera, Portugal, Chile, Francia…), algunos de los cuales fueron fundados con vocaciones que salieron de Sijena. Les deseamos que todo vaya bien, así como que pronto se asiente en Sijena una nueva congregación que, como esperan las hermanas de Belén, pueda combinar mejor su vocación monástica con la acogida de peregrinos y visitantes. En ello están trabajando la Orden de Malta, representante de la monjas sanjuanistas, y el obispo de Barbastro.
Antes de su partida, esta semana pasada, les entregamos en mano una carta de agradecimiento que publicamos aquí:
Queridas Hermana Sylvie y Hermanas de Belén:
Sabemos que, a lo largo de estos días saldrán ustedes del Monasterio de Sijena para ir a otros monasterios de su congregación. No queremos que se vayan sin recibir, de todo corazón, el agradecimiento de nuestra Plataforma Sijena Sí por la vida que han aportado a Sijena a lo largo de estos 35 años.
Gracias a ustedes, el monasterio ha mantenido su sentido y misión original, siendo realmente un espacio de vida religiosa contemplativa durante todo este tiempo. Esta presencia ha atraído a miles de peregrinos y personas que buscaban un espacio de soledad, silencio y oración, entre los que nos encontramos también algunos de nosotros.
El testimonio de su vida comunitaria ha sido también una luz que ha atraído a decenas de jóvenes a Sijena. El hecho de que en estos años hayan recibido en su comunidad un centenar de nuevas vocaciones atestigua la fuerza y el calor de esta presencia callada y fraterna. Que desde Sijena se hayan fundado varios monasterios en otras partes de España, Portugal y América es un hito histórico y eclesial, en estos tiempos tan difíciles para la vida religiosa.
Por otro lado, ustedes han aportado una gran belleza al monasterio, tanto en su sencilla pero extraordinaria liturgia como en el primoroso cuidado del monasterio y de su entorno. La singularidad, colorido y belleza de la artesanía que tanto ustedes como otros monasterios de su congregación han hecho presente en Sijena ha sido un orgullo para todos los que hemos llevado allí a visitantes y turistas.
Su presencia ha permitido el cuidado y mejora del monumento, y en algunos casos la existencia misma de los edificios e infraestructuras del monasterio, pues de haber seguido deshabitado como lo encontraron ustedes en 1985 se habría deteriorado gravísimamente. Esa vida que ustedes han aportado al monasterio ha permitió hacer inversiones privadas y públicas que han mejorado notablemente la salud del monumento y su habitabilidad.
En esta última etapa, han hecho ustedes también un gran esfuerzo por vivir con paciencia las molestias e imprevistos que la llegada de los bienes y la adecuación para su exposición ha supuesto, además de la creciente llegada de turistas y visitantes. Sabemos que no siempre ha sido fácil esta adaptación, y la agradecemos.
Su testimonio final, de dejar el monasterio completo para que la nueva comunidad que venga se encuentre todo preparado para entrar a vivir en un monasterio moderno y equipado, es un gran ejemplo de desprendimiento y confianza en Dios, de vivir de veras el voto de pobreza y confianza en la Providencia.
Siempre pensamos, y así lo escribimos en los objetivos de nuestra Plataforma, que sería posible la convivencia de las dos dimensiones de Sijena, monasterio y monumento. Sentimos que ustedes lo consideraran incompatible con su carisma. Les deseamos, de corazón, que sigan adelante en otros lugares como han vivido y crecido entre nosotros.
Un abrazo fraterno.
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