Bienes

Campaña por los bienes de las parroquias oscenses

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UN MILLAR DE PERSONA APOYAN LA NUEVA CAMPAÑA DE SIJENA SÍ PARA RECLAMAR LOS BIENES
DE BERBEGAL, PERALTA DE ALCOFEA Y EL TORMILLO

La feria FEMOGA de Sariñena, durante el pasado fin de semana, ha sido de nuevo el escenario en el que la Plataforma Sijena Sí ha lanzado una nueva campaña de firmas. Esta vez se trata de pedir al obispado de Huesca que reclame oficialmente los bienes de sus parroquias de Peralta de Alcofea, El Tormillo y Berbegal que se encuentran en Lérida sin título de propiedad.

El éxito de los procesos judiciales para recuperar los bienes de Sijena y del obispado de Barbastro-Monzón, que tras casi tres décadas de lucha han logrado el regreso de la mayor parte de su patrimonio, señala el camino para emprender nuevas reivindicaciones. Por ello la Plataforma pide al obispado de Huesca que reclame cuatro piezas que pertenecen a las parroquias de los tres pueblos oscenses: el frontal del altar mayor de El Salvador de Berbegal (románico del siglo XIII), una de las piezas más valiosas de toda la colección del Museo ilerdense; las tablas de San Pedro y San Pablo de la iglesia parroquial de Peralta de Alcofea (siglo XV), también en aquel museo; y la portada románica de la iglesia de El Tormillo (siglo XIII), que ahora adorna la entrada de la iglesia de San Martín en la capital del Segre.

Más de un millar de personas han firmado ya para apoyar que la diócesis oscense comience el proceso canónico y judicial necesario para reclamar a la diócesis de Lérida y al Museo Diocesano y Comarcal de aquella ciudad los bienes de estos tres pueblos, a la vez que para pedir a sus Ayuntamientos y al Gobierno de Aragón que apoyen estos nuevos procesos judiciales.

Sijena Sí ya organizó hace seis años una larga marcha por la recuperación de estos bienes, además de una entrevista con el Obispo de Lérida, Monseñor Salvador Giménez Valls, en la que los entonces alcaldes de estos pueblos le expusieron la situación. Desde entonces, sin embargo, nada se ha avanzado. Por ello, una vez completada la campaña en los pueblos afectados, las firmas serán llevadas al obispo de Huesca, Monseñor Julián Ruiz, antes de fin de año.

Eco en los medios:

Fake News en el Museo de Lérida

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Hoy hace cinco años de la recuperación de los bienes de Sijena que la Generalitat y sus museos compraron de forma fraudulenta. No debería ser una efeméride para celebrar, dado que su entrega fue aprovechada políticamente por los partidos independentistas para hacer que la gente se sintiera artificialmente agraviada. Sin embargo, el pasado 18 de noviembre se inauguró una exposición en el Museo de Lérida para conmemorar este aniversario y manifestar también los sentimientos de pesar por la devolución a Barbastro de las obras de las parroquias del Aragón orientalen 2021.

Lejos de cerrar heridas, esta exposición, donde exhiben sus obras 25 artistas locales, lleva por título “Expolio” y en ella se muestran obras con nombres tan provocativos como “San Martín secuestrado”, “Ruptura”, “Lérida ultrajada”, “La aberración”, “El complot”, “Expectación-Indignación”; “Virgen del expolio”, “Logo del Museo de Lleida llorando”…

El título de la exposición, sin embargo, es acertadísimo: el reconocimiento público del expolio; pero no el que lloran, sino el que obispado, instituciones y museos de Barcelona y Lérida cometieron en el Monasterio de Sijena y que alcanzó su mayor intensidad durante la guerra civil y posterior dictadura franquista. La llegada de la democracia, el autogobierno de Aragón y un sistema judicial independiente nos han permitido revertirlo a pesar de los responsables de esos museos catalanes, que todavía añoran la impunidad con que actuaban en el siglo pasado.

El 11 de diciembre de 2017 regresaron a Sijena las obras que la juez había ordenado devolver al monasterio monegrino en julio de aquel año, orden que desobedecieron los consejeros de Cultura de la Generalitat. Tras la confirmación de sentencia por parte de la Audiencia Provincial de Huesca, se ejecutó. Fue un acontecimiento muy mediático que culminó un cuarto de siglo de litigios. El Tribunal Supremo corroboró esta sentencia en mayo de 2021, zanjando para siempre la cuestión.

Llegar allí fue un calvario. El pleito pasó por una veintena de tribunales: los juzgados ordinarios de Reus, Rubí, Huesca, Zaragoza y Barcelona (en estas tres últimas ciudades en varios juzgados); las Audiencias provinciales de Tarragona y Huesca; los Tribunales Superiores de Justicia de Aragón y de Cataluña (este, varias veces); y todos los altos Tribunales (Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo y un tribunal que no se había estrenado en toda la democracia y ante el cual demandaron también a la parte aragonesa: el Alto Tribunal Jurisdiccional). En todos ellos perdieron. Sin embargo, las autoridades catalanas siguen poniendo el dedo en la llaga intentando hacer creer a la ciudadanía que sus museos han sufrido un “expolio”, evidenciando que ven el mundo al revés.

Es indignante que las mentiras desenmascaradas en tantos tribunales y convertidas ahora en auténticas fake news tengan espacio en un museo de titularidad eclesiástica y pública con el único objetivo de seguir fomentando el odio, el rencor y la división entre comunidades hermanas. Lo vienen haciendo desde hace décadas reescribiendo la historia según sus intereses políticos y elaborando falsos mitos que sus medios repiten sin cesar.

No deberíamos dedicar ni un segundo de nuestro tiempo a responder a este despropósito, pero da la casualidad de que las pinturas murales de la sala capitular de Sijena siguen esperando todavía la sentencia definitiva del Tribunal Supremo para salir del MNAC y volver a casa. ¿Lo harán en 2023, cuando se celebre el centenario de la declaración de Sijena como monumento nacional, aniversario que las Cortes de Aragón aprobaron gracias a nuestro tesón? Ojalá. De momento, hace dos semanas el TS admitió los recursos de la Generalitat contra la devolución de las pinturas (aunque la DGA va a presentar sus alegaciones contra esta decisión) y a los técnicos aragoneses se les prohibió la entrada en el MNAC.  Pero no todo es oscuridad: estas semanas, el Museo Británico se ha abierto a devolver los frisos del Partenón a su verdadero dueño, el pueblo griego, todo un gesto que nos llena de esperanza.  

Sijena puede llegar a ser la joya de la corona, pero solo lo conseguiremos con el trabajo constante y la testarudez aragonesa por defender lo nuestro, lo que nunca debería haber sufrido un verdadero (esta vez sí) expolio.

Ecos en los medios de comunicación:

El TS da carpetazo a la murga de la Generalitat

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El Tribunal Supremo ha dado carpetazo final al «Asunto Sijena» y ha rechazado la petición de nulidad de la Generalitat de Cataluña a las resoluciones judiciales anteriores, favorables a que sigan en Aragón los bienes que aquella adquirió de forma torticera y que regresaron en 2017 al monasterio. Como ya sabemos, la parte catalana continuará su larga marcha a ninguna parte apelando al Supremo, luego a Europa y, si pudiera, al tribunal de la Galaxia. Donde hay dinero, no duele pagar abogados, aunque estos vuelvan siempre de vacío por no estar la Justicia de su parte.

A lo largo de su nueva providencia, el Supremo considera injustificados los motivos de nulidad que exponen los letrados de la Generalitat, el MNAC y el Museo de Lérida, a los que reprende por su «falta de rigor» al insistir en cuestiones que ya fundamentó en su sentencia.

Por delante nos queda un último paso, la devolución de las pinturas murales de la Sala Capitular que están depositadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, comunidad que alega “la extrema fragilidad” de las pinturas para el traslado, argumento que no se sostiene pero que ellos defenderán con uñas y dientes dado que no tienen ninguna razón legal para quedárselas. Pero bueno: hasta aquí hemos llegado, y seguiremos hasta el final por justicia y dignidad.

Medios:

La realidad de un despropósito

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Domingo Buesa en la Jornada «Soñar Sijena 2023»

El Periódico de Aragón ha publicado hoy un artículo de Domingo Buesa Conde, ex Director General de Patrimonio y Cultura del Gobierno de Aragón y Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis. Es, además, miembro del Comité Científico de la Plataforma Sijena Sí. Lo reproducimos aquí en su integridad.


Concluyendo 2018 me encargaron el Dictamen sobre el lugar de origen de las obras de arte reclamadas a la diócesis de Lérida, para aportarlo al litigio de los bienes de la Franja (según ellos) y del Aragón oriental (según nosotros). Con ese exhaustivo documento intervine en el juzgado de Barbastro, contestando las preguntas de los letrados catalanes que intentaron invalidar mi intervención por haber sido el iniciador de la reclamación legal en mi condición de Director General de Patrimonio y Cultura del Gobierno de Aragón. Muy bien acompañado por el abogado de nuestro gobierno y por el de la diócesis barbastrense, estuve rebatiendo una serie de cuestiones, que atentaban contra el sentido común y que ignoraban la legislación canónica, hasta que consideraron que era mejor no preguntarme nada más.

Recordando ese momento recupero reflexiones que siguen de actualidad pues quedan objetos por devolvernos: las pinturas de la sala capitular sijenense apalancadas en Barcelona o el archivo de Roda de Isábena, conservado en la catedral de Lérida y sobre el que planea el más indigno y cobarde de los silencios. Por ello, me sigo preguntando como en aquella ocasión algunas cuestiones. ¿Cómo podía obligar el obispo a que le paguen con objetos de arte las reparaciones que tiene obligación de hacer en sus templos diocesanos? ¿Qué opinión debemos tener del obispo que sólo arregla los desperfectos de sus iglesias cuando le regalan algo?

Ciertamente, ante esta primera batería de preguntas la figura de estos prelados catalanes pasa de la condición de pastores a la condición de depredadores. Pero, no se quedaban allí. Esta realidad de obispos cambiando sus obligaciones por “regalos” de objetos preciosos, vuelve a llevarnos a nuevas preguntas: ¿Cómo puede ser el obispo el comprador de los mismos bienes que él tiene obligación de evitar que se vendan? ¿cómo se entiende un obispo anticuario que negocia con sus propios bienes?

Ante el asombro que produce esta actuación, nos queda la gran pregunta: ¿Cómo se atrevieron estos obispos a hacerlo sin contar con los permisos que estaban obligados a pedir? ¿Por qué no queda ni un solo expediente oficial que hable de estas cosas? Si el obispo Messeguer reconocía en una carta que para vender piezas “era necesaria la licencia de Roma”, estaba claro que lo conocía. Y si ellos lo sabían y no existen esos documentos, podemos pensar que eran conscientes de actuar contra derecho e incluso con absoluta falta de ética, frente a los curas que vivían abandonados en la miseria. Ante esta realidad sobra la lógica y hasta da pena que esos coros que defienden la propiedad de Lérida contribuyan a retratar a sus obispos como excelentes depredadores e incluso avezados bandoleros que vendieron sus afectos. Quizás, no estaría de más recordarles la elegancia y el respeto a la ley mantenidos por los obispos de Barbastro-Monzón que han tenido que luchar defendiendo sus diócesis contra este atropello que es un auténtico despropósito.

Al fin han vuelto los bienes a su casa, a nuestra tierra, y renace la esperanza gracias a la Justicia que ha sentenciado lo qué era de derecho. Sin embargo, deberemos seguir alerta porque ha habido curiosas posiciones en esta batalla, término que utilizo pues la consejera Ponsa dice cumplir con el mandato judicial “contra nuestra voluntad, con indignación y un profundo disgusto”. Palabras que son muy diplomáticas comparadas con las de Omnium Cultural Lleida que (periódico Segre del 9 de marzo) denuncia que “el Museo de Lleida ha sido victima de un episodio de expolio de su colección de arte diocesano. Un capítulo más de las reivindicaciones rapaces que desde el obispado de Barbastro hacen”. Mientras siguen defendiendo que el expolio lo hacemos nosotros porque ellos nunca lo han hecho, el Ministerio de Cultura lleva años cantando “Las mañanitas de San Juan” con una falta de rigor vejatoria para la España ignorada. ¿O quizás me equivoco y no tenemos los mismos derechos políticos? ¿Esta es la razón del largo proceso que sólo ha podido resolver la Justicia? A esta vocación cantarina del ministro, sea del partido que sea, se sumaron los obispos de Lérida aupados en el pavés de los políticos catalanes que hicieron su bandera de este blanqueo de obras de arte. Choca leer que el Círculo de Amigos del Museo de Lérida -que pudiera llamarse Círculo de Amigos de lo ajeno- denuncie “que la política catalana les ha abandonado”. Si esta es la opinión de la curia ilerdense según la prensa, hay otra pregunta ¿esas obras en litigio eran propiedad del gobierno catalán o de las diócesis?
Mientras surgen más preguntas absurdas sobre esta vieja historia, convertible en la novela titulada “Te arreglo el campanario si me das una cosita”, por supuesto preciosa, siguen escribiendo majaderías como “que las piezas no se nos devuelven, sino que Lérida nos las regala”. Lo dice “La Mañana” del 8 de marzo bajo el título “El arte que regalaremos”, lanzándonos una especie de maldición gitana que nos devorará reclamando piezas entre nosotros, incluso del obispo de Gerona al que invitan a pleitear contra nuestras diócesis.

Así que metan al bolsillo el diente de ajo, pónganse la cruz en el cuello, y hagan firme propósito de no callarse cuando alguien -más allá o más aquí de las fronteras- diga tonterías como estas. A veces pienso que les eximiría lo mucho que sufren sospechando que el bisonte de Altamira es originario de las montañas de Gerona. Asunto de mucha tensión porque llevarse la cueva es un problema de genios como Leonardo, que dicen retrató a la Gioconda en el río Llobregat a su paso bajo el puente de Castellvell. Como esto sólo puede sostenerse con mucho humor, llenaron de claveles rojos la puerta del museo para decirnos que esto no ha terminado aquí. Y seguimos a la espera del pícaro cuplé que elija el ministro del ramo, mientras la Iglesia de Barbastro y el Gobierno de Aragón deberán seguir trabajando a conciencia.

El Periódico de Aragón: La realidad de un despropósito (elperiodicodearagon.com)

¡Vuelven las 111 piezas del Aragón Oriental!

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Por fin hoy, tras más de 25 años de reclamaciones y pleitos, primero eclesiásticos y luego civil, ha llegado el último camión de Lérida con las piezas que quedaban por devolver. La llegada del camión, aplaudida por los vecinos de Barbastro y cantada por los miembros de nuestra Plataforma, ha marcado un nuevo hito histórico en la larga lucha de Aragón por recuperar su patrimonio emigrado o expoliado.

Nuestra Plataforma, que desde su inicio ha luchado también por los bienes de las parroquias del Aragón Oriental con dos visitas al Obispo de Lérida, una visita al Museo de Lérida y una concentración, la «Marcha a Berbegal» y la «Caravana a Roda de Isábena«, además de la presentación de Sijena Sí en Barbastro, donde quedó claro que caminaríamos todos juntos bajo la «marca» de Sijena, que abría el camino con su larga lucha y sus éxitos judiciales. Allí se lanzó la campaña de firmas en Change.org que, unidas a las recogidas físicamente en varios lugares, suman más de tres mil adhesiones.

Naturalmente, hay que esperar a las resoluciones judiciales tras las apelaciones catalanas a la Audiencia Provincial de Huesca y, luego, al Supremo. Pero nada nuevo saldrá de esta loca carrera a ninguna parte de nuestros vecinos porque, simplemente, ni la Verdad ni la Justicia están de su parte, solo las historias que se quieran contar para justificar lo injustificable. Nada de esto nos quita el sueño.

¡Barbastro Sí, por Justicia y Dignidad!

Medios y otros archivos:

Reivindicamos que se inicien nuevas reclamaciones

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Ayer se recibieron 42 nuevas piezas de las 111 obras de las parroquias aragonesas del Obispado de Barbastro-Monzón que debe devolver el Museo de Lérida.

Dadas las medidas sanitarias, solo un pequeño grupo de la Plataforma Sijena Sí se concentró a las puertas del Museo Diocesano de Barbastro para celebrar el regreso de estas obras de arte sacro a Aragón y dar a conocer el resto de sus reivindicaciones.

Esta significativa representación incluía varios ciudadanos de Barbastro junto con los alcaldes de Peralta de Alcofea, Berbegal y Roda de Isábena, además del Presidente de la Comarca del Somontano y los exalcaldes de Villanueva de Sijena y Peralta de Alcofea. Los alcaldes de Barbastro y Monzón, que debían estar recibiendo las obras, se solidarizaron también con los concentrados, al igual que el alcalde de Villanueva de Sijena.

La Plataforma quiso reiterar así su total apoyo al Obispo de Barbastro-Monzón, Monseñor Ángel Pérez Pueyo, por su valentía para acabar de una vez por todas con este espinoso asunto que se ha dilatado durante 25 años.

En paralelo, visto el éxito del Obispado de Barbastro-Monzón en sus reclamaciones por vía civil, tras más de veinte años de deambular por los tribunales vaticanos, la Plataforma cree que es el momento para la apertura de las reclamaciones judiciales pertinentes, por parte del Obispado de Huesca, para que los bienes de las parroquias de Berbegal (el frontal del altarmayor de El Salvador), El Tormillo (la portada románica) y Peralta de Alcofea (las tablas de San Pedro y San Pablo) también regresen de su exilio leridano. Apoyaremos al Obispado de Huesca en estas reivindicaciones con nuestra presencia y acción ciudadana como venimos haciéndolo desde nuestra Marcha a Berbegal de 2017.

Por otro lado, el regreso de los bienes de Barbastro-Monzón alienta la esperanza de que pronto regresen las pinturas murales de la sala capitular de Sijena, devolución cuya ejecución provisional se ha demandado en reiteradas ocasiones, dado que el Real Monasterio de Sijena ya está preparado para su instalación.

Finalmente, la Plataforma pide a la Directora de Patrimonio del Gobierno de Aragón que se inicien los pasos para llevar adelante la hoja de ruta aprobada recientemente por todos los grupos de las Cortes de Aragón declarando el 2023 como Año de Sijena, reivindicación de esta Plataforma desde su fundación.

La plataforma ruega a la ciudadanía que siga apoyando sus reivindicaciones con su firma en su página web, www.sijenasi.com

Ecos en los medios:

Tribunal Supremo: una de cal y otra de arena

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El abogado Jorge Español Fumanal, miembro del Comité Científico de la Plataforma Sijena Sí y principal artífice legal del regreso de las piezas de Sijena, ha escrito un artículo que analiza la reciente sentencia del Tribunal Supremo, favorable a Sijena. donde descubre errores de bulto que pueden resultar lesivos para los intereses del patrimonio artístico español en el futuro.

Zarpazo a nuestros monumentos

Jorge Español Fumanal

Publicado en Heraldo de Aragón, 4 de Febrero 2021

La legislación de patrimonio cultural española fue dictada por gente muy culta que entendía toda la dimensión protectora de estos ricos y especiales bienes, los monumentos nacionales. No les pasaba ni por la cabeza que uno se pudiese vender el tesoro artístico de un monumento nacional como el que se vende los muebles de su casa, pues para eso, no hacía falta dictar ley alguna. Se trataba de enraizar el monumento como un todo inmueble, para que el dueño no pudiese disgregar su rico tesoro artístico, a veces más valioso que el propio edificio que lo contenía.

La Duquesa de Alba Doña Cayetana cuando pidió a la Real Academia de Bellas Artes en 1974 que hiciese las gestiones para declarar monumento nacional el Palacio de Liria, conocido como el pequeño palacio real, sabía que el inmueble atesoraba una colección de pinturas que era más valiosa que sus muros, y lo hizo, así lo dijo, para que el palacio “permaneciese siempre íntegro”. Esa era la idea unitaria protectora de estos monumentos.

La reciente sentencia de la sala de lo civil del Tribunal Supremo sobre la nulidad de la venta de los bienes del Monasterio de Sijena, es seguro que hará poner el grito en el cielo al Ministerio de Cultura y a todas las consejerías de cultura de todas las comunidades autónomas españolas, desde el momento en que convierte a estos ricos inmuebles en simples bienes muebles que uno se los podrá vender como el que se vende los muebles de su casa.

El único derecho que el Supremo concede a las administraciones públicas que tutelan estos bienes, es nada más el ejercicio del derecho de tanteo y retracto, pero que incluso será en vano, si resulta que el propietario vende todo su tesoro artístico en otra comunidad autónoma, pues entonces el expolio estará consumado y la comunidad autónoma de origen no podrá más que lamentarse por haber cuidado y restaurado celosamente estos bienes.

Los dueños de estos monumentos le dirán un día al consejero de cultura de turno: gracias por restaurarme estos bienes pero, o me compra usted todo el monumento, o mañana saco todo su tesoro artístico y lo vendo en otra comunidad autónoma de modo que usted no podrá ni ejercer el derecho de retracto para recuperarlo. ¿Esto es lo que querían nuestros cultos legisladores?

Con esta sentencia del Supremo, todos los monumentos nacionales corren serio peligro de ser expoliados por su propio dueño o por museos nacionales o extranjeros, que le asesorarán muy bien para que les venda su tesoro artístico, condenando así a todos estos monumentos a su más absoluta ruina. Y al final, que nadie se lleve a engaño, estos preciados bienes acabarán saliendo de España, pues, no pasa de un 10% los bienes culturales sobre los que el Estado no permite su exportación. Va a ser una desastrosa nueva desamortización.

El petróleo español, su rico patrimonio cultural, saldrá fuera y España puede asistir atónita a la ruina de su cultura y de su historia.

Un país que rivaliza en este patrimonio con nosotros, Italia, en el Código de Bienes Culturales de 2004, que haríamos bien en copiar cuanto antes, en su artículo 54 declara inalienables los antiguos monumentos nacionales, y el artículo 164 declara nulas las ventas disgregadoras de cualquier bien cultural o hechas a espaldas del Ministerio italiano de la cultura, como declara nulo cualquier contrato que pretenda mover un bien cultural de su entorno sin su autorización. Ni el más torpe legislador permitiría la libre venta de estos bienes.

Para nuestro Tribunal Supremo es todo lo contrario: valen estas ventas y, si se hacen en otra comunidad autónoma, ni la comunidad autónoma de origen podrá nunca recomprar esos bienes. Es preocupante y gravísimo todo esto.

El Ayuntamiento de Sijena y el Gobierno de Aragón, responsablemente, hemos presentado un escrito ante la sala de lo civil del Supremo para que complete su sentencia y aclare todo esto, pues ahora mismo, con esa sentencia, la orden religiosa propietaria podría venderse libremente los 97 bienes recuperados y hasta las pinturas murales de Sijena hoy en el MNAC de Barcelona. Si esto no se remedia, el zarpazo que recibirá todo el patrimonio cultural español con esa sentencia, será monumental.


Mantras tóxicos

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El historiador Juan José Nieto Callén, miembro del Comité Científico de la Plataforma Sijena Sí, ha publicado un artículo que analiza los «mantras» de las instituciones catalanas a la reciente sentencia del Tribunal Supremo que olvidan la verdad histórica y siguen divulgando visiones falsas.


Otro punto de vista

Juan José Nieto Callén

Publicado en Ronda Somontano, Febrero 2021, pág. 79.

Esta semana el Tribunal Supremo ha dictado sentencia sobre las piezas expoliadas del Real Monasterio de Sijena. Se trata del juicio de las 97 piezas que la priora de Valldoreix, vendió a la Generalidad y al entonces Museo de Arte de Cataluña determinados lotes de estos objetos en ventas realizadas en 1983, 1992 y 1994. Estas ventas se han declarado nulas porque la persona que realizó la venta, la citada, priora, es una persona jurídica diferente e independiente de quien actuó como vendedora. Y no es un “defecto de forma” como se dice por algunos historiadores catalanes.

Desde Cataluña, las instituciones ya han reaccionado y han puesto en marcha su particular “mantra”. Veamos algunas notas de ese “Mantra”.

Para empezar diré, como dice el abogado de Villanueva de Sijena Jorge Español, que las colecciones se hacen con las piezas legalmente adquiridas. Aunque claro, precisemos, si la colección es ajena y beneficia a Cataluña se puede deshacer, recordemos los llamados papeles del Archivo de Salamanca.

Es verdad que el monasterio de Sijena fue construido en una laguna desecada. Pero existen obras de drenaje subterráneas medievales que permitieron que las obras se conservasen hasta el siglo XX. Venecia está llena de obras de arte y el Rijksmuseum de  Amsterdam también.  Ambas ciudades tienen canales cerca de estos edificios con su evidente humedad.

Pero lo que más duele en Cataluña es el envío de la Guardia Civil en aplicación del artículo 155. Quizás deberían recordar que a Roda de Isábena se envío las dotaciones de Almacellas, Benabarre y Graus de la Guardia Civil en 1857 para llevarse el Tesoro de la Excatedral. También se envío a este cuerpo de seguridad para expoliar el Archivo de Salamanca. Pero claro, como el destino era Cataluña nuestros vecinos no han protestado.

Sobre la oportunidad de la intervención en aplicación del artículo 155 debo decir que fue plenamente legal. Lo ilegal es desobedecer las sentencias de los tribunales e impedir la ejecución. Tampoco olvidemos que las autoridades vecinas, aprovechando la situación excepcional de la Guerra Civil se llevaron muchas bienes aragoneses que no han devuelto ni quieren devolver, por ejemplo las pinturas de la Sala Capitular del Real Monasterio de Sijena. Pero hay otras ocultadas en sus depósitos de las cuales no quieren mostrar su documentación porque revelarían su procedencia y como llegaron allí.

El gran problema que ha tenido Aragón es que no ha podido defender su patrimonio. Con la llegada de las autonomías y la nueva Ley de Patrimonio de Aragón llegó esta herramienta que permitió reclamar Justicia en los tribunales.

Pese a todo, las dificultades son enormes porque los procesos judiciales son complicados e interminables. Pero estos procesos judiciales han puesto de manifiesto como las leyes de patrimonio eran papel mojado. En el pasado, cuando se acudía a reclamar Justicia al Estado este miraba al otro lado. Esperemos que esto no ocurra más y que las leyes se apliquen correctamente.

¡Gran victoria! El Supremo nos da la razón

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En 2017, tras dos décadas de lucha, los 97 bienes volvieron a Sijena . Pero la Generalitat y sus museos continuaron peleando hasta agotar todos los recursos legales recurriendo al Tribunal Supremo en casación. Este tribunal acaba de dar fin a esa loca carrera a ninguna parte confirmando la sentencia que declaró la nulidad de la venta de las obras del Monasterio Sijena a la Generalitat y al Museo Nacional de Arte de Cataluña.

La Generalitat y sus políticos, como hemos venido denunciando durante años, han intentado hacer, desde el principio, que este pleito tuviera tintes políticos, manipulando la verdad con sus enormes recursos y bien financiados medios de comunicación, divulgando mitos hasta lograr que una gran parte de la ciudadanía catalana esté convencida de que esto es un robo a plena luz del día por parte de la justicia «española». ¡Nada más lejos de la realidad! La Justicia, con mayúsculas, la que protege y ampara a todos y todas, es quien ha actuado en los tres tribunales que han estudiado el caso y siempre han dado la razón a Sijena.

El presidente de la Diputación de Lérida, Joan Talarn, acaba de alarmar a la población con su afirmación de que «ningún museo legítimamente establecido podrá estar tranquilo», algo que están apoyando otras entidades pidiendo “que los museos no se toquen”. Lo cierto es que si un museo se siente aludido es porque tiene piezas ilegítimamente adquiridas o secuestradas. Descansen aquellos museos que nada temen, pero
empiecen a preparar cajas los que se obcecan en robar y expoliar, en hacerse con lo ajeno, en falsear documentos o en engañar a la población. La verdad siempre sale a la luz. Aunque tarde 25 años.

La función de los museos ha cambiado. Un verdadero museo se avergüenza hoy si expone una pieza que haya sufrido un procedimiento de adquisición sospechoso. El Código deontológico del ICOM dice que un museo debe preocuparse por adquirir piezas de forma legal y aconseja que no se expongan aquellas que están en litigio. Muchos museos de Europa y América, por ejemplo, han devuelto piezas expoliadas por los nazis y el museo no ha salido perjudicado sino, más bien, ha acrecentado su imagen y prestigio al poner fin a una injusticia de forma moral y elegante.

Siempre hemos defendido que Aragón y Cataluña son dos comunidades hermanas y que hemos de colaborar para que el rico patrimonio común de la Corona de Aragón sea disfrutado y compartido por todos. Es hora de que vuelvan las pinturas expoliadas a casa. Es hora de acabar con el vergonzoso pleito de los 111 bienes
de las parroquias aragonesas. Luego, hablemos y pongámonos a diseñar cómo crear una red de museos y monasterios hermanos. Pero cada uno con sus cosas y las propiedades bien claras.

Sijena se va a convertir en el símbolo de lucha de un pequeño pueblo y su gente contra el expolio y en el banderín de enganche y símbolo de esperanza de tantas causas que languidecen en los tribunales o en las nostalgias de los pequeños frente a los poderosos. ¡Sijena sí, por justicia y dignidad!

En los medios:

Sentencia del Tribunal Supremo:

Justicia civil en los bienes aragoneses

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Nos parece interesante ofrecer aquí este artículo de Jorge Español Fumanal, abogado del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena y consejero legal en los pleitos de la diócesis de Barbastro-Monzón. Fue publicado por el Heraldo de Aragón el 30 de noviembre de 2020.

A Dios lo que es de Dios y al César, lo del César. Pero, ¿cómo es que la Iglesia no ha tenido más remedio que acudir al César en el litigio de los bienes?

No fueron aquí treinta monedas de plata como las que los rabinos judíos dieron a Judas, sino veinte millones de euros lo que costó a las instituciones políticas catalanes que el Obispo de Lérida Ramón Malla metiese la colección de arte diocesana en un nuevo museo civil para así frustrar la efectividad de la sentencia vaticana dictada sobre los 111 bienes de las parroquias aragonesas, y todo ello, tristemente, con la anuencia del Vaticano en medio de dicho litigio.

La ignorancia de los despistados políticos y juristas aragoneses fue tal, que no se dieron cuenta de que cuando el Vaticano ordenó “devolverlos” al sucesor de Ramón Malla, Mons. Ciuraneta, éste, lejos de hacer esto, pidió permiso a la consejera de cultura catalana Caterina Mieras para “disponer” de ellos, como si acaso fuese su dueño y tuviese entonces que disgregar la colección al hacer una “donación” libre a favor de las parroquias aragonesas.

Pero, como no era dueño, no podía disponer de ellos, sino solo devolverlos, y para esto, no había que pedir permiso a nadie, por mucho incluso que estuviesen metidos con mala fe en esa colección indivisible, pues, las colecciones no se hacen con bienes ajenos, como recientemente ha sentenciado el Tribunal de Conflictos Jurisdiccionales y en igual sentido el Tribunal Supremo inglés en el caso de los herederos del Dr. Feldmann contra el Museo Británico.

El Obispado de Barbastro-Monzón llegó a plantear un atrevido exequátur, pretendiendo que la justicia civil española le ejecutase la sentencia vaticana, pero fue rechazado a mitad de 2011 por la Audiencia de Huesca, lo que se aprovechó en el Tribunal Constitucional en 2012 para resolver el asunto más antiguo y polémico que allí tenía, el ejercicio del derecho de retracto por el Gobierno de Aragón sobre los bienes del Monasterio de Sijena, que supuso el mazazo definitivo para que Aragón se olvidase para siempre de todos sus bienes. Solo hubo un problema para Cataluña: yo no me olvidé.

Si los más altos tribunales de la Iglesia católica ya juzgaron esto, ¿por qué ahora se acude a la justicia del César? Es muy sencillo. Por un lado, los jueces canónicos nos daban la razón, pero, por otro, los políticos de la Iglesia ponían en Lérida a cuál obispo más desobediente para que estos bienes se quedaran allí. El virtuoso obispo de Barbastro-Monzón Alfonso Milián, recientemente fallecido en loor de santidad, firmó dos acuerdos con sus homólogos de Lérida –fundamentales para ganar el pleito civil-, que estos ni siquiera intentaron cumplir, lo que ha justificado el actual Obispo de Lérida diciendo que era porque actuaban “intimidados” por la disciplina eclesiástica. Para decir dislates tan extravagantes como éstos, es mejor renunciar al cargo.

La brillante Sentencia del Juzgado de Barbastro de 2019 ha vuelto a juzgar por lo tanto este asunto de cero, incluso negando efecto alguno a la sentencia vaticana dictada, aunque luego coincida con ella. Una cosa es que ésta no lleve aparejada una ejecución directa y otra muy distinta es que en un pleito civil no deba ser observada por el juez español de no resultar absurda o injusta. ¿Es lógico que un juez civil quiera interpretar el Derecho Canónico cuando sus mayores expertos son los doctos canonistas del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica que ya se han pronunciado sobre ese asunto concreto? ¿Qué motivos hay para no respetar o no seguir dicha alta sentencia canónica?

En los EE.UU., donde la separación Iglesia-Estado es más rígida que en España, en el asunto Watson versus Jones que trataba de las propiedades de los entes segregados de una diócesis, su Tribunal Supremo estableció: “Cuando una confesión religiosa crea sus propios tribunales para dirimir sus discordias internas sobre el gobierno y administración de sus órganos subordinados, es obligado para los tribunales civiles aceptar sus sentencias como vinculantes, incluso en materia civil, de no resultar absurdas”.

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