Pedro II de Aragón

Recreación de las exequias fúnebres de Pedro II de Aragón

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Como parte de los actos que irán produciéndose a lo largo del año para conmemorar el centenario del Monasterio de Sijena como Monumento Nacional, este pasado fin de semana tuvo lugar diversas recreaciones históricas, talleres y actividades culturales. He aquí el PROGRAMA de las jornadas, coordinadas por un equipo de la Universidad de Zaragoza y celebradas gracias a la participación generosa de muchos recreacionistas voluntarios.

Los actos, que atrajeron a cientos de visitantes, sirvieron para reivindicar de una forma diferente y atractiva la riqueza histórica y patrimonial de un monumento clave en la historia de Aragón, como informa Patricia Puértolas, de quien tomamos muchos de los datos de esta noticia.

Al atardecer de sábado tuvo lugar el acto más destacado, la recreación del sepelio de Pedro II, que se produjo en 1217 y que convirtió al cenobio en Panteón Real. Alrededor de 70 recreacionistas y varias caballerías revivieron el cortejo fúnebre. Para la ocasión, fue elaborado el féretro del monarca, pintado con las armas del Reino de Aragón, que llegó acompañado de su caballo enjaezado de negro y que fue introducido a hombros por los representantes de las diferentes órdenes militares (Orden del Temple, Orden de San Juan de Jerusalén y Orden de Calatrava).

También se recrearon otros personajes claves: el niño rey, Jaime I; los consejeros del monarca, nobles y caballeros o las religiosas de Sijena, entre ellas, las hermanas de Pedro II, que «fueron las que lucharon por la recuperación de sus restos y su sepultura en el lugar que era su deseo, el monasterio fundado por su madre, la reina doña Sancha», explicó el coordinador de la recreación y profesor de la Universidad de Zaragoza, Darío Español. El rey, junto a sus caballeros, cayó en la batalla de Muret en 1213. A Francia acudió, en auxilio de sus vasallos, enfrentándose al Papa, lo que supuso su excomunión y su entierro en Toulousse. La vuelta de sus restos, forzada de alguna forma por las monjas de Sijena, reconfortó al conjunto del Reino de Aragón.

La recreación del cortejo fúnebre abarrotó de público el monasterio de Sijena. «Para nosotros, es un honor y un privilegio; todos estamos absolutamente encantados y es un sueño cumplido. Hemos trabajado durante meses, con el fin de ser fieles a las fuentes conservadas y ofrecer una inmersión histórica completa. Al final, reconstruir es rememorar, con rigor y pasión. Hemos disfrutado muchísimo y el público. La acogida ha sido excelente. Nuestras previsiones se han desbordado», reconoció el coordinador de la recreación, la primera organizada en el cenobio aragonés.

Tras su éxito, y convencidos de sus bondades, el deseo más repetido por recreacionistas y visitantes fue su consolidación en el tiempo. «Para mí, ha sido una gran oportunidad de conocer Sijena y, al mismo tiempo, participar desde el minuto cero en una nueva recreación, que esperamos que se repita«, señaló Jesús Cirac, vecino de Caspe, encargado de encarnar al arzobispo de Tarragona. Ataviado con camisa, alba, casulla, solideo, mitra y báculo, llevó a cabo la bendición y responso en latín, lo que dio ejemplo de la fidelidad y rigurosidad del conjunto de actos.

Antes y después del sepelio, hubo otras recreaciones y talleres, tanto en el interior como en el exterior del monasterio, donde se instaló un campamento con demostración de caballería de guerra, tácticas y arquería, cetrería, cocina o indumentaria de la época. Todo de la mano de investigadores, arqueólogos, docentes e historiadores, agrupados en su mayoría en asociaciones o grupos de recreacionistas llegados de diferentes puntos de Aragón y de España.

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