
Muchas veces, los ciudadanos y ciudadanas nos sentimos como una bola de pingball en un bar, rebotando de un lado a otros sin encontrar solución a nuestros problemas.
Nuestro sistema democrático se sustenta en tres poderes: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. En el caso de Sijena, todos están ahí mareando la perdiz, incapaces de dar punto y final a un conflicto que tiene fácil solución: devolver al Real Monasterio de Sijena, protegido por la declaración de Monumento Nacional, lo que nunca debió de salir de allí sin el consentimiento expreso del Director/a General de Patrimonio y de otras autoridades.
Pero, juntos, conseguiremos acabar con esta situación. Los ciudadanos y ciudadanas de Aragón, los catalanes con seny y moralidad, y los pueblos del mundo que ven en Sijena un símbolo y un grito de «¡Basta ya!» ante cualquier expolio, nos hemos puesto en pie para actuar.
Participa en nuestras campañas y acciones. Y decide y ejecuta las tuyas propias. Esto no es un ejército regular. Se admiten iniciativas voluntarias, francotiradores, guerrilleros que organicen escaramuzas. Escribe cartas al director, visita y protesta en los museos, moviliza tus redes, organiza eventos de concientización, ármala…
Hasta la victoria.